El crecimiento exponencial de los deportes electrónicos, conocidos como e-sports, ha generado un impacto económico considerable en los últimos años. A medida que avanzan, aumentan su influencia en diversos sectores económicos, tales como tecnología, marketing y el entretenimiento.
El impacto económico de los e-sports se extiende más allá de la industria de los videojuegos, generando oportunidades en áreas como el turismo y la hospitalidad. Las competiciones atraen a miles de espectadores en todo el mundo, lo que ha provocado un aumento en la demanda de alojamiento, alimentos y entretenimiento en las ciudades que albergan estos eventos.
Según el informe de la compañía Mordor Intelligence, se prevé que el sector de los deportes electrónicos genere US$2.11 mil millones en 2024 y alcance los US$5.27 mil millones en 2029, tras haber facturado US$1.7 mil millones en 2023.
La empresa percibe el interés de los usuarios en los videojuegos competitivos, en los cuales ofrecen premios millonarios y observa cómo cada vez más personas se sienten atraídas por esta industria. Los jugadores tienen la posibilidad de obtener ingresos de siete cifras en los torneos y garantizar contratos de patrocinio relevantes.
En 2018, el juego que generó mayores ingresos fue Fortnite con US$296 millones superando a cualquier otra disciplina importante de consola o PC, lo que ha aumentado la cantidad de nuevos jugadores.
Actualmente, los mejores videojuegos a nivel competitivo incluyen Dota 2, Fortnite, League of Legends, Counter-Strike y Overwatch. Se espera que pronto haya una expansión aún mayor en la variedad de diversión y la participación de los jugadores.