La investigación, que incluyó a 116 padres de entre 18 y 65 años, comparó textos relacionados con la salud de los niños, escritos tanto por ChatGPT como por profesionales sanitarios, sin revelar la fuente a los participantes.
Los resultados mostraron que la mayoría de los padres optaron por los textos generados por la IA. “Los participantes encontraron distinciones mínimas entre las notas escritas por expertos y las generadas por ChatGPT.
Cuando las notas eran significativamente diferentes desde el punto de vista estadístico, ChatGPT se calificaba como más digno de confianza, preciso y fiable”, afirmó Calissa Leslie-Miller, autora principal del estudio y estudiante de doctorado en psicología clínica infantil.
La investigadora advirtió que la incapacidad de los padres para diferenciar la información proporcionada por profesionales de la salud y la IA es preocupante, ya que ChatGPT “no es un experto” y tiene el potencial de generar información errónea.
El estudio señala que la IA puede influir en la toma de decisiones sobre medicación, sueño y dieta de los niños.
Aunque la IA se presenta como una herramienta rápida y económica, los especialistas subrayan que no puede reemplazar la consulta médica. Harvey Castro, médico de urgencias y experto en IA en Texas, destacó que “la inmediatez y la comodidad de la IA pueden ser increíblemente atractivas, especialmente para los padres ocupados que buscan respuestas a todas horas”, pero enfatizó que “la participación de un profesional sanitario cualificado, concretamente un pediatra, garantiza que la información sea precisa, personalizada y segura”.